En el último tramo de la campaña electoral, una fuerte polémica se abrió en Tucumán a partir de una acusación sobre ofrecimientos de drogas a cambio de un voto. La controversia comenzó el miércoles pasado, cuando el candidato a gobernador, Roberto Sánchez (Juntos por el Cambio), hizo una dura acusación contra el oficialismo.

“Los vecinos denuncian que hay punteros del oficialismo que ofrecen droga a cambio de un voto. Nos indigna mucho esa situación y la denunciamos públicamente para que paren con esa mercantilización de la política que mata a los jóvenes tucumanos. Una cosa son los spots publicitarios del gobierno y otra es la que pasa en las calles de barrios y ciudades de toda la provincia. El combate al narcotráfico no admite dobles discursos”, dijo el diputado de la UCR y explotó la bomba.

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El que salió a responderle al radical fue el gobernador, Juan Manzur. "Lo que hizo Sánchez -advirtió- es lo que se conoce en política como 'El teorema de Baglini'; es decir cuánto más lejos se está de ganar son más locas las denuncias que hacen, y más fuertes las denuncias -remarcó Manzur-. Pero esto es lógico; ellos están perdiendo por mucho y por eso es que denuncian y denuncian y denuncian, pero lo que hizo Sánchez es un delito federal y si él conoce algún ciudadano que vende droga su obligación y su responsabilidad es ir a la Justicia Federal y denunciar con nombre y apellido quién es, porque esto es lo que corresponde", insistió.

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Queda claro que las declaraciones de Sánchez cayeron muy bien en algunos sectores de la política, y no tanto en otros. Ante esto, algunos candidatos decidieron someterse al análisis de drogas. Uno de ellos fue Ariel García, candidato a legislador por el Oeste, que habló sobre el tema.

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"Respaldamos públicamente esta denuncia pública que llevó adelante Roberto Sánchez porque Tucumán es una provincia de una superficie pequeña, pero con una gran cantidad de habitantes. Y todos sabemos, por más que algunos quieran negarlo, la problemática de la adicción es una problemática que aumenta de manera considerable en Tucumán. Y de esto tenemos que, además de denunciarlo, también tenemos que ocuparnos. Y ocuparnos significa cumplir con la ley, demostrar claramente que no hay nada que ocultar y que no hay ningún tipo de problema, que nosotros podemos luchar, poder llevar adelante una batalla contra las adicciones y que lo tenemos que hacer de frente sin especulación política, entender que esto es un esfuerzo colectivo que tenemos que hacer como sociedad, que cada uno de su sector, de su responsabilidad, tiene que contribuir al abordaje de políticas públicas, que sea el Estado, a través de sus diferentes poderes, que garantice un programa interdisciplinario para poder llevar adelante el abordaje de estas problemáticas".

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García, tras someterse al análisis de drogas, agregó que "todos los actores de la política tienen que hacer autocrítica y entender que la droga no discrimina ideologías". "Tucumán ha dejado hace muchos años de ser una provincia de paso, porque se ha convertido en una provincia de consumo. Con solo hacer una muestra a través de un dron, se pueden ver lo que son las cocinas que hay en Tucumán, y eso es un trabajo que tienen que hacer las fuerzas de seguridad acompañado del Poder Judicial. Nosotros somos ciudadanos que estamos para luchar contra la corrupción y como actores de cambio de la política es denunciar estas cosas".

Y cerró: "Los funcionarios del gobierno no pueden mirar para otro lado; lo que sí hay que pedirle es un poco de humildad y autocrítica. Autocrítica que nos tenemos que formular todos los actores de la política porque tenemos que entender que cuando la droga entra a una familia, no pregunta si son radicales o peronistas. La droga ingresa al sector, a la familia que fuera, y genera exclusión y genera enormes consecuencias que después derivan en nuestro problema que tenemos como sociedad".